Holocausto. La pesadilla que
nunca debó ocurrir
El próximo sábado se celebra en
todo el mundo el Día Internacional de las víctimas del Holocausto. Este acto conmemora
la liberación del campo de exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau (un vasto
complejo formado por varios campos de concentración y exterminio), en la actual
Oświęcim (Polonia) Cuando los soldados
del Ejército Rojo liberaron el campo el 27 de enero de 1945, el mundo empezó a
darse cuenta de la terrible magnitud del genocidio nazi.
Ya en Mein Kampf, Adolf Hitler
había mostrado su deseo de acabar con la raza judía al considerarla inferior y
culpable de todos los males del Alemania. Este infierno comenzó en 1933 con el
internamiento de opositores políticos en Dachau, una vieja fábrica abandonada.
Con la aprobación de las Leyes de Núremberg en 1935, el régimen nazi empezó a
acorralar a los que consideraban "indeseables" y "subhumanos":
los judíos, gitanos, homosexuales, y Testigos de Jehová, entre otros. Se les
recortaron derechos y libertades, fueron despedidos de sus trabajos y sus
propiedades confiscadas. Una parte logró huir del país, aquellos que no
tuvieron tanta suerte fueron duramente perseguidos. La llamada "Noche de
los Cristales Rotos" de noviembre de 1938 es una prueba de ello. Tras el
atentado contra un diplomático alemán, los nazis salieron a las calles de todo
el país buscando venganza. Cientos de judíos fueron asesinados o deportados a los
campos de concentración de Dachau y Buchenwald. Poco a poco, el III Reich construyó
una auténtica red de guetos, campos de prisioneros, y campos de concentración y
exterminio. Todo bajo la dirección del temible jefe de las SS Heinrich Himmler.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la lista del horror sumó nuevos
nombres a medida que los nazis ocupaban gran parte de Europa: Treblinka,
Mauthausen, Bergen-Belsen, Sobibor, Majdanek, Auschwitz... Además, los
Einsatzgruppen de las SS llevaron a cabo otras masacres como la de Babi Yar en
1941 o la de Lidice el año siguiente. El exterminio (la llamada "Solución
Final") se aceleró tras la Conferencia de Wannsee de 1942, donde varios
dirigentes nazis planificaron detalladamente cómo atrapar y asesinar
masivamente a toda la población judía de Europa. Entre los asistentes a la
reunión estaban dos hombres fuertes del régimen: Reinhard Heydrich, jefe de la
Oficina Central de Seguridad del Reich (que agrupaba a la Gestapo, al Servicio
de Seguridad, y a otros departamentos) y Adolf Eichmann, responsable de asuntos
judíos de este organismo.
Quiero mencionar también otro terrible episodio menos conocido para el
público en general: el programa "Aktion-T4". En 1939, se ordenó
internar en centros especiales a miles de discapacitados físicos y mentales. El
nazismo consideraba que sobraban en la nueva Alemania racialmente sana y
superior que pretendían construir. Mediante la eutanasia, fueron asesinados más
de 70000 discapacitados.
En total, se calcula que el Holocausto nazi provocó aproximadamente entre
6 y 7 millones de muertos. Estudios recientes han calculado que la cifra podría
ser el triple. Gaseados, fusilados,
torturados hasta la muerte, ahorcados... los judíos fueron las principales
víctimas, aunque también hubo gitanos, homosexuales, y prisioneros de guerra. Hoy
en día todavía hay personas que lo niegan o creen que es una mentira. Se
equivocan. El Holocausto está más que demostrado. Hay documentos, imágenes,
testimonios (tanto de las víctimas como de los verdugos), grabaciones, libros
escritos por los supervivientes, investigaciones de los historiadores... Es un
hecho histórico rotundamente contrastado. En los últimos años, miles de
documentos desclasificados por la ONU y otros organismos confirman aún más las
atrocidades nazis. Yo visité en 2010 el campo de concentración de
Sachsenhausen, cerca de Berlín. Fue una de las experiencias más impactantes y sobrecogedoras de
mi vida. Se te parte el alma y el corazón en un lugar que ha visto tanto terror
y sufrimiento.
Auschwitz es, sin duda, un
capítulo más dentro del horrible catálogo de atrocidades cometidas por el
hombre el pasado siglo, por citar algunos ejemplos: el Genocidio del Congo
Belga (aprox. 1885-1908), el Genocidio Armenio (1915-1923), los Gulags soviéticos
(aprox. entre 1930-1960), las masacres de Nanking (1937-1938), las matanzas de
la Guerra Civil Española (1936-1939), o las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki
(6 y 9 de agosto de 1945)
Aunque parezcan lejanos, nunca debemos olvidar estos hechos. La Humanidad
no puede volver a permitir que esto se repita. De ninguna manera. Quisiera
acabar mi texto con unas palabras del historiador Laurence Rees, uno de los
mayores expertos del mundo en el Holocausto: "La Historia no da lecciones,
advierte"[1]
Estamos avisados.
Fuentes:
Rees, Laurence: "El
Holocausto. Las voces de las víctimas y los verdugos" (2017)
Benz, Wolfang: "El Tercer
Reich. 101 preguntas fundamentales" (2009)
No hay comentarios:
Publicar un comentario