martes, 16 de junio de 2020


¿QUÉ ESTAMOS HACIENDO CON NUESTRA HISTORIA?

En el último mes, hemos podido ver en TV y en prensa algunas noticias relativas a nuestro pasado, a la Historia que todos tenemos en común. Hace pocos días, el alcalde de Londres (Sadiq Khan); al hilo de las violentas protestas que se han producido a raíz de la muerte de George Floyd[1] a manos de un policía y en la que se han derribado estatuas de personajes históricos asociados a la esclavitud, como por ejemplo la del parlamentario y mercader inglés Edward Colston; ha decidido revisar todas las estatuas y monumentos históricos de la capital británica y ha anunciado que retirará aquellas que representen a personajes relacionados con la esclavitud y el racismo. Situaciones así no son nuevas, hace año y medio, en EEUU, retiraron una estatua de Cristóbal Colón. En nuestro país, diversos dirigentes políticos de izquierdas han pedido demoler las estatuas en honor al descubridor de América que hay en nuestro país. Noticias como estas hacen que aquellos que hemos estudiado Historia; que la amamos, la disfrutamos y la sentimos; nos avergoncemos de algo tan inexplicable, incompresible y desagradable. En este artículo, explicaré brevemente algunos de los casos más recientes, contextualizando históricamente cada monumento.

La Historia es la disciplina que estudia los acontecimientos ocurridos en el pasado: sus causas, desarrollo, consecuencias, sus protagonistas, etc. Si no conocemos nuestra Historia, no podemos comprender el presente. Ya sea en el pueblo más pequeño o en una gran urbe, estamos rodeados de Historia: una iglesia, un edificio, la lengua que hablamos o incluso las tradiciones y fiestas que celebramos. Todo tiene un origen y un  por qué, nada ocurre al azar. Hay que entender algo fundamental a la hora de acercarse a la Historia: todo cambia a lo largo del tiempo. Las mentalidades, la política, la sociedad, la economía, el papel de las religiones, instituciones... todo sufre una evolución con el paso de los siglos. Pongo un ejemplo, la esclavitud. En la actualidad, vemos esto como algo espantoso, cruel e inhumano, pero en 1720 (por poner una fecha a modo de ejemplo), no era así en absoluto. Estaba aceptada en la sociedad de la época y era una de las principales herramientas de los imperios coloniales para crecer económicamente y dominar los territorios conquistados. Cada acontecimiento, fenómeno o personaje histórico ha de ser estudiado en perspectiva, en su correspondiente contexto político, económico, social... No se puede estudiar el pasado con los ojos del presente, y menos todavía, juzgarlo. Los historiadores denominamos esto con una expresión, "anacronismo".   

Tras estos apuntes sobre la Historia, vayamos al grano. Como ya he mencionado en la introducción, las autoridades londinenses han ordenado hacer una lista de monumentos para retirar aquellos que estén relacionados con la esclavitud o tengan connotaciones racistas. Es una decisión que mezcla demagogia, intereses políticos e Historia. Un cóctel letal. Lo primero que hay que decir al respecto es que la esclavitud fue un fenómeno histórico que formó parte de la sociedad durante mucho tiempo. Ya existía en el Antiguo Egipto hace más de tres mil años (fueron miles de esclavos los que construyeron las famosas Pirámides egipcias, ¿vamos a derribarlas por eso?) y continuó durante siglos. Todas las potencias que se expandieron a lo largo y ancho de los continentes americano, asiático y africano comerciaban con personas como si fuesen una mera mercancía sin valor alguno. Portugal, Reino Unido, España, Francia... todos practicaron la esclavitud en mayor o menor medida. Los esclavos eran transportados en barcos (en pésimas condiciones), desde el Caribe y América Latina hacia Europa o desde África hacia América. Una vez llegados al destino, eran obligados a trabajar en minas, plantaciones, o sirviendo a terratenientes ricos y otros dirigentes. El duro y sangriento trabajo esclavo aportó incontables riquezas y beneficios a las diferentes potencias coloniales durante buena parte de la Edad Moderna. Ya en el siglo XIX, el auge del Liberalismo, los nuevos principios de libertad e igualdad y el empuje de las revoluciones nacionalistas de 1848 en Europa provocaron que los diversos países fuesen aboliendo la esclavitud. En 1807 y 1833 lo hizo el Reino Unido, en 1869 Portugal, Francia en 1848, y en el caso de España, fue abolida en tres partes: en la Península (1837), en Puerto Rico (1873) y finalmente en Cuba (1886). La esclavitud no la llevaron a cabo únicamente los europeos, también los EEUU fueron esclavistas durante décadas. Sin ir más lejos, varios de los fundadores de esta nación (como Thomas Jefferson), tenían cientos de esclavos. El debate sobre la abolición de esta práctica se convirtió en un auténtico problema nacional para este país, hasta el punto de provocar una sangrienta guerra civil entre 1861 y 1865, al término de la cual la esclavitud fue abolida[2].

El segundo caso que planteo ocurrió también recientemente. Hace año y medio, el Ayuntamiento de Los Ángeles decidió retirar una estatua de Cristóbal Colón (por si fuera poco, en las protestas anteriormente mencionadas, también se están derribando sus estatuas). ¿Cuál fue el argumento empleado?, según dicho consistorio, "Sus actos contribuyeron al mayor genocidio jamás registrado. Su imagen no se tiene que celebrar en ninguna parte". Por su parte, Teresa Rodríguez (política andaluza de Podemos) ha afirmado en esta línea que "Nos parece que es una buena idea, dejar de rendir homenajes a esas figuras por respeto a personas de otras razas que han sido víctimas de esto en otras épocas".  

Estas argumentaciones, no solo son denigrantes hacia la Cultura e Historia hispanas y americanas, sino que son absolutamente falsas. Veamos por qué. Cristóbal Colón (Génova, 1451- Valladolid, 1506) fue un navegante y almirante de origen italiano. Durante años, estudió y leyó diversas obras de Geografía al mismo tiempo que adquiría experiencia como marino. En 1492, convencido de que había una ruta alternativa para llegar a las Indias (nombre por el cual se denominaba en aquella época al Extremo Oriente) y así abrir nuevas rutas comerciales; logró que los Reyes Católicos aprobaran y financiaran su ambicioso proyecto. El 12 de octubre de ese año, Colón y sus tres embarcaciones llegaron a la isla de Guanahaní (actual San Salvador, en Bahamas). Aquel día cambió por completo la Historia de la Humanidad, dos mundos completamente distintos se encontraban por primera vez. A partir de entonces, nada volvió a ser como antes, el descubrimiento de Colón dio paso a una nueva era en la Historia: la Edad Moderna, cuyo impacto cultural, político, religioso (entre otros) todavía pervive con enorme fuerza en la actualidad.

Es cierto que Cristóbal Colón vendió como esclavos a indígenas de la isla de La Española tras sofocar una rebelión y que no gestionó adecuadamente dicho territorio. Además, fue destituido de sus cargos y juzgado por ello. Aunque después fue absuelto por la reina Isabel la Católica y pudo regresar a América. Este episodio no constituye ningún genocidio y no puede empañar en absoluto la figura de uno de los personajes clave de la Historia de la Humanidad, ni tampoco desprestigiar ni menospreciar una de las mayores hazañas llevadas a cabo por el Hombre: el Descubrimiento de América.

La conquista y colonización de este continente estuvo llena de claroscuros. Hubo muerte y explotación de indígenas americanos (debido también a las enfermedades europeas contra las que no estaban inmunizados), pero este proceso también dejó un legado incalculable en el mundo latinoamericano: nuevas ciudades, tradiciones, cultura, religión, idioma, mestizaje... las raíces de casi todos los países latinoamericanos son sin duda españolas. Así pues, Colón y los españoles no cometieron ningún genocidio sobre los pueblos americanos, es más, los Reyes Católicos y sus sucesores se aseguraron de proteger y defender los derechos de los nativos americanos. El objetivo de los descubrimientos era evangelizar, no esclavizar. En 1512, las Leyes de Burgos establecieron que los indios no podían ser maltratados, debían ser evangelizados y tratados como seres libres: "nadie puede pegar ni flagelar a un indio ni llamarlo perro, ni ningún otro insulto, salvo que así se llame el aborigen". Posteriormente, Carlos V mejoró la legislación para proteger a los indios y otorgarles más derechos con las llamadas Leyes Nuevas (1542).

A diferencia de las colonizaciones inglesas; en las que exterminaron a poblaciones enteras de nativos, impusieron la religión Protestante y no permitieron el mestizaje; la Monarquía Hispánica fue una adelantada a su tiempo, diseñó un cuerpo legislativo para proteger a los indios americanos, aunque también es verdad que no siempre se obedecieron estas leyes, lo que hizo que los abusos y el maltrato a los indios continuaran, especialmente en las primeras décadas tras el Descubrimiento. La figura de Cristóbal Colón y el Descubrimiento de América son esenciales para comprender no solo la Historia de Latinoamérica, sino también la de buena parte de EEUU, pues el sur de dicho país (sin ir más lejos, la misma ciudad de Los Ángeles fue fundada por españoles) oficialmente fue territorio imperial español desde 1519 hasta 1821, bajo el nombre de Virreinato de la Nueva España[3]. Además, las actuales Luisiana, Arkansas, Nebraska, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Montana, Idaho, Minnesota, Missouri y Iowa también fueron territorio español entre 1762 y 1801.

En este caso, no solo se ignora y se desprecia el importantísimo legado hispano en EEUU, sino que se manipula abiertamente la Historia. La sociedad no debe ignorar o despreciar su pasado, debe de entenderlo, asumirlo y comprenderlo. Afortunadamente, dirigentes como el Presidente de la República Francesa Emmanuel Macron, han puesto cordura en medio de esta desconcertante situación, afirmando claramente que "La República no borrará ninguna huella ni ningún nombre de su historia. No olvidará ninguna de sus obras. No desmontará estatuas".     

Por fortuna, en 2020 ya no existe la terrible práctica de la esclavitud, si bien es cierto que en algunos países occidentales aún hay racismo en la sociedad. Luchar contra el racismo o defender una causa justa siempre es correcto, pero no puede convertirse en un pretexto para reescribir la Historia, borrando aquellos personajes o episodios que no agradan a un determinado sector de la población o que no gustan a un partido político determinado. No se puede mezclar Historia y política, es un grave error. Tampoco se debe juzgar el pasado desde nuestra perspectiva actual, así es imposible entenderla. Los monumentos deben preservarse, para que la sociedad conozca y entienda su pasado, y su presente. No hay que derribarlos. En el caso de la Historia de España, no debemos de avergonzarnos ni juzgar nuestro pasado, debemos de estar orgullosos de nuestros grandes personajes y hechos, y al mismo tiempo estudiar los errores cometidos para no volver a repetirlos. Tenemos que asumir nuestra Historia, con sus luces y sus sombras, y estudiarla en su contexto, sin ambages ni mentiras. Solo así conseguiremos entenderla y no tener que preguntarnos qué hacer con ella.

Fuentes:

https://es.wikipedia.org/wiki/Colonizaci%C3%B3n_espa%C3%B1ola_de_Am%C3%A9rica

https://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/colon_cristobal.htm

https://www.elconfidencial.com/mundo/2018-11-12/retiran-estatua-cristobal-colon-los-angeles_1643671/

https://www.lavanguardia.com/vida/20200609/481701105595/reino-unido-revisa-sus-estatuas-de-racistas-mientras-prosiguen-las-protestas.html

https://www.elmundo.es/internacional/2020/06/14/5ee67f58fc6c83ff568b459a.html        

https://www.abc.es/cultura/abci-teresa-rodriguez-apoya-desmantelar-estatuas-cristobal-colon-202006151030_noticia.html

THOMAS, Hugh, El Imperio Español, De Colón a Magallanes. Barcelona, Planeta, 2018

EVANS, Richard J., La Lucha por el poder. Europa 1815-1914. Barcelona, Crítica, 2017

 
 
 
 
 
 




[1] Un crimen racista e intolerable en pleno siglo XXI.
[2] Por desgracia, en el Sur del país, siguieron promulgándose leyes de carácter racista y segregacionista (las llamadas "leyes de Jim Crow") contra la población negra, que no fueron definitivamente abolidas hasta un siglo después, en 1965.
[3] Se extendía por los actuales estados de California, Nuevo México, Arizona, Texas, Nevada, Florida, Utah y parte de Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma (EEUU); y México.